Felipe VI pide defender "cada día" la "libertad y democracia" que representa la UE ante las "grandes tensiones" internacionales

Felipe VI volvió a insistir este jueves en el Palacio Real en una idea que remarca siempre que tiene ocasión: no hay que dar por hecho la continuidad de la Unión Europea. El jefe del Estado presidió el acto institucional para recordar los 40 años de la entrada de España en las Comunidades Europeas, una conmemoración que quedó empañada por el escándalo de corrupción que hizo caer pocas horas antes a Santos Cerdán, ya exsecretario de organización de los socialistas.

"La libertad y la democracia no son conquistas garantizadas: se defienden cada día en una construcción colectiva que solo perdurará si continúa siendo una obra viva", afirmó el Monarca. Considera que las generaciones que tomarán el "relevo" de los que han visto crecer y asentarse a la UE "no lo tienen fácil" teniendo en cuenta que el mundo está "dominado por grandes tensiones y rivalidades geopolíticas y económicas".

El acto, además de por la polémica de Cerdán, quedó también en parte deslucido por importantes ausencias. Las más destacadas las de Juan Carlos I, que no había sido invitado, y la de Felipe González, que no pudo acudir por coincidir con un acto de su fundación en honor a Alfredo Pérez Rubalcaba. González fue el presidente del Gobierno que firmó el Tratado de Adhesión, en 1985. Pero no fueron las únicas bajas. Tampoco estuvo en el Salón de Columnas Alberto Núñez Feijóo, el jefe de la oposición. El líder del PP explicó que su presencia no era "aconsejable" si quería "salvaguardar la democracia" en España. "Estoy convencido que la Casa [del Rey] entiende que hoy yo no puedo compartir escenario con el secretario general del PSOE y presidente actual del Gobierno de España. No puedo hacerlo. Y estoy convencido de que lo entenderán", dijo, informa Miguel Ángel Rodríguez. "Estrechar la mano" de Sánchez, apuntó, suponía convertirle en "cómplice de lo que está haciendo el presidente del Gobierno".

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Pedro Rollán, presidente del Senado (PP), fue el único cargo del partido conservador que acudió a la ceremonia. Fue él el que coincidió con Sánchez, que durante todo el acto mantuvo una cara muy seria. Sánchez subió la escalinata del Palacio Real mirando el móvil y antes de entrar en el Salón de Columnas, donde se desarrolló el acto, estuvo en otra sala en la que las autoridades asistentes saludaron al Rey. Allí se vio a Sánchez con rostro grave junto al presidente del Consejo Europeo, António Costa; la presidenta del Congreso, Francina Armengol (PSOE); el presidente del Tribunal Constitucional, Cándido Conde-Pumpido, y Rollán. Todos esperaron en una línea de saludo a que llegara el Monarca, al que, como marca el protocolo, Sánchez recibió el primero con un apretón de manos.

Sin ministros de Sumar

Sánchez estuvo arropado por la mayoría de los ministros, pero todos del ala socialista. No hubo ningún representante de Sumar, ni siquiera la vicepresidenta Yolanda Díaz, una presencia que estaba anunciada en su agenda oficial, al igual que la de sus compañeros Ernest Urtasun, ministro de Cultura, y Mónica García, ministra de Sanidad, que también faltaron.

En su discurso, el Rey defendió la necesidad de no "desandar el camino" recorrido en los 40 años de pertenencia a la UE y de no permitir que "divisiones y conflictos" puedan debilitar un proyecto que "nació para superarlo", animando a implicar a los más jóvenes y hacerles ver que "la libertad y la democracia no son conquistas garantizadas".

El jefe del Estsado hizo mención también a la guerra de Rusia contra Ucrania, una batalla en la "frontera" misma de la UE. Este conflicto, apuntó, tiene que recordar a los europeos "la necesidad de mantener la unidad, que, a su vez, como dice la divisa europea, es la mejor garantía de la diversidad". Los socios europeos, afirmó el Monarca, "saben que pueden contar con España" para hacer frente a los desafíos actuales. "En estos 40 años hemos sido leales al proyecto europeo y nos hemos comprometido con su futuro. Hoy ese compromiso sigue intacto", remachó.