Viaducto sobre el río Sever

Expropian 40 fincas para la construcción del puente que unirá Cáceres y Portugal

La Cámara de Nisa oficializa la declaración de utilidad pública con carácter de urgencia para los terrenos de la Freguesía de Montalvão, que suman casi 60.000 metros cuadrados

Imagen del lugar en el que se emplazará el puente de Cedillo.

Imagen del lugar en el que se emplazará el puente de Cedillo. / Á.G.

Eduardo Villanueva

Eduardo Villanueva

Cáceres

Continúan los trámites para que el viaducto que unirá la localidad cacereña de Cedillo con la portuguesa de Montalvão pueda estar listo a finales de 2025; si es que la licitación toma forma a corto plazo.

Tras la consulta pública que finalizó en septiembre y la reunión con el Comité de Evaluación para la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) del proyecto del puente internacional sobre el río Sever, la Cámara de Nisa ha oficializado la expropiación de hasta 40 fincas, que suman casi 60.000 metros cuadrados (m² ).

De esta forma, Maria Idalina Alves Trindade, presidenta del Consejo Municipal de Nisa, ha hecho público que la Asamblea Municipal lusa ha declarado la utilidad pública de la expropiación con carácter de urgencia y ha autorizado la posesión istrativa de terrenos necesarios de la Freguesía de Montalvão para la ejecución del proyecto del puente internacional sobre el río Sever y accesibilidad.

Ministerio de Cohesión Territorial

La solicitud de Declaración de Utilidad Pública «con carácter de urgencia» tenía que registrarse en el Ministerio de Cohesión Territorial, concluyendo así todos los trámites que dependen de la Cámara Municipal de Nisa, y que son previos al lanzamiento de la licitación del proyecto, pendiente de salir a concurso público.

Este proyecto, financiado por el PRR (el Plan de Resiliencia y Recuperación de Portugal) , tendrá un coste de 11.938.286 euros e incluye la creación de un nuevo corredor, de unos 700 metros, en la orilla portuguesa del río Sever. Así como la construcción del nuevo puente y esperado, de unos 160 metros de longitud y un tablero de 11,5 metros de ancho, con dos arcos gemelos de hormigón apoyados sobre cimentaciones macizas, evitando así la colocación de pilares en el cauce regular del río Sever, según la información facilitada por la Cámara Municipal de Nisa. 

«Estamos cada vez más cerca de hacer este sueño realidad y que este puente se convierta en un punto de encuentro» que resuelva el enlace directo entre Extremadura y Portugal en esta zona de la Raya, ha señalado ya en varias ocasiones Alves Trindade.

El pasado mes de octubre, el Ministerio de Asuntos Exteriores de España autorizaba el convenio entre los gobiernos luso y nacional que desbloqueaba el viaducto, que supone un impulso que acorta el viaje desde Cáceres hasta las playas del país vecino.

Este convenio es fundamental para que el proyecto arranque definitivamente, porque supone la vinculación entre dos naciones. 

Idalina Trindade ya expresó su «firme convicción» de inaugurar la obra antes del término de su mandato, en octubre de 2025. Si bien, el proyecto, que fue aprobado el 18 de septiembre y se espera que salga a concurso público, tiene un plazo de ejecución de un año, por lo que la obra debería comenzar en breve para cumplir con los tiempos previstos. 

Además, este proyecto está financiado con fondos europeos y tienen de plazo hasta finales del próximo año, aunque las instituciones ya han expresado su deseo de que «la Unión Europea sea flexible» en este caso.

Demanda histórica

Este puente es una demanda histórica en La Raya. Actualmente, para viajar de la localidad de Cedillo a la alentejana de Montalvâo hay que cruzar la fontera por Marvâo, lo que convierte este viaje entre dos pueblos que apenas están separados por 13 kilómetros en una travesía de 130, por lo que el viaducto reducirá el trayecto en más de 100 kilómetros. Contará con una inversión de 11.938.286 euros. Según este dato, el precio habría aumentado en más de un millón de euros.

Cedillo, el pueblo más occidental de Extremadura, lleva incomunicado con el país luso desde 1995. Fue ese año cuando Iberdrola (que gestiona el embalse de Cedillo, propiedad del Estado español) optó por no permitir la libre circulación por la presa construida en la unión de los ríos Tajo y Sever; única vía para moverse entre España y Portugal sin tener que dar un rodeo de más de 100 kilómetros.  

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