El Mérida, tan orgulloso como perjudicado

El Mérida tenía la difícil misión de darle la vuelta a la eliminatoria en Zubieta después del 0-1 en la ida y se quedó en la orilla, pues consiguió llevar el partido a la prórroga después del gol de Javi Eslava en el minuto 74. Además, Mariezkurrena vio la segunda amarilla en el 85, con lo cual parecía que todo se ponía de cara para encarar la media hora de añadido y conseguir la hombrada. Al final, no lo logró, pues conformen pasaban los minutos, a pesar de estar con uno menos, la Real Sociedad B supo cerrar los huecos para defender el resultado y solo Eslava tuvo un remate peligroso tras una gran acción de Liberto Beltrán.

En el global de la eliminatoria se ha visto un enfrentamiento muy igualado, aunque haciendo recuento de ocasiones realmente claras, los romanos han tenido más y se pueden sentir orgullosos por cómo han competido en esta promoción de ascenso que ponía la guinda a una gran temporada.

El Mérida se ahoga en la orilla

La frustración de Sergi Guilló

Por otro lado, ante la igualdad vista, los detalles son muy importantes y que en dos partidos no se le haya cobrado ninguno de los dos penaltis clarísimos que ha sufrido el Mérida, da lugar a que los emeritenses se sientan perjudicados. Ya lo comentó Sergi Guilló sobre el colegiado de la ida al analizar el derribo sobre Doncel, pero en esta ocasión, la jugada ha sido más flagrante, pues el claro derribo sobre Liberto Beltrán fue en la primera parte de la prórroga. «Nos han tangado un penalti como en la ida. El equipo que ha hecho mejor las cosas en la eliminatoria no ha pasado y es muy frustrante después del trabajo que hemos hecho, del nivel que han dado estos jugadores, con una temporada increíble y que dos señores se carguen la temporada, uno en el partido de ida y otro en el de vuelta...», comentaba al final del encuentro un emocionado Guilló, que continuaba diciendo que «me da igual que esté el informador, que esté el padrino o que baje Munuera Montero al vestuario como bajó en la ida, ha sido una vergüenza que un árbitro que está delante no vea ese penalti, reconocido por el propio jugador al instante. Acaba con una temporada, me duele hacer este resumen, pero ahora mismo estoy caliente y me duele mucho».

Guilló sabe que tiene el cariño de la parroquia emeritense para continuar al frente del equipo. Sin embargo, «no sé si me voy a quedar, no lo sé todavía, sé que están hablando con mi agente, ahora formaré más parte de todo, no sé qué va a suceder, ojalá que nos entendamos». Añadía que «quiero crecer, no sé las oportunidades que voy a tener, lo que sé es que si salgo de aquí no voy a estar tan a gusto en ningún sitio, seguro, porque el cariño que me demuestran es algo increíble y estoy muy agradecido de por vida». Aunque sería importante que el primer pilar para el siguiente proyecto emeritense fuera la continuidad del técnico, «mi futuro no lo sé a día de hoy».

La indignación de la afición no acaba con el colegiado, también con la propia Real Sociedad por el trato que ha dispensado a los seguidores ubicándolos en una grada de cemento sin asientos, llena de suciedad y de piedras y a un precio de 30 euros, cuando el club emeritense ubicó a los aficionados realistas en el Romano, en la zona de tribuna para que no sufrieran las altas temperaturas en el fondo norte. Además, el enfado fue aún mayor cuando al acabar el partido y después de que el estadio estuviera prácticamente vacío por parte local, mantuvieran la música por megafonía mientras la afición quería despedir a la plantilla y el cuerpo técnico que estaban emocionados en el área mirando hacia la grada. Uno de los que estaba era el alcalde de Mérida, Antonio Rodríguez Osuna, que se mostró muy crítico con el club txuri-urdin en su cuenta personal de X por dicha circunstancia: «Se puede tener menos clase que el @RealSociedad que tiene la música a toda hostia con el estadio vacío y no deja despedir a nuestro equipo @Merida_AD. Mamarrachos».

La gran temporada realizada por el Mérida jugando playoff de ascenso y con la llegada de la nueva propiedad del club, da lugar a un verano de cierta incertidumbre sobre el proyecto que quiere acometer el club sobre si va a dar un salto más para intentar repetir estar en esa zona alta que le permita soñar con el ascenso o mantiene el discurso de asentarse en la categoría. Lo que sí se ha conseguido es reenganchar a la ciudad con el club.

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