Un matriarcado rural

Cada 15 de octubre se celebra el Día Internacional de la Mujer Rural. La Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales (Fademur) trabaja por la igualdad y el progreso de ellas en el entorno rural. En Extremadura son muchas las que viven de ello.

Un ejemplo es Alba María Santiago Madera, una joven de 35 años de Santa Marta de los Barros (Badajoz), que ha apostado por la ganadería y el emprendimiento en su localidad. «No me movería de aquí por nada del mundo», asegura.

Toda una vida en el campo. Desde que era niña ha visto a su familia criar cabras. Con 18 años se aventuró a trabajar de ello y ahora junto a su hermana continúa el legado de su padre. Fue en 2009 cuando decidió hacerse autónoma, emprender en su localidad y no marcharse fuera de la región, como hacía el resto de la juventud, en busca de oportunidades laborales. «La oportunidad la tenía en el pueblo. Elegí vivir una vida más tranquila, aprender el oficio de mi padre y vivir junto a mi familia», señala. Alba prefiere ser el relevo generacional de una familia de ganaderos que elaboran queso artesanal, lo que ahora considera que es una excepción. «Cada vez hay menos jóvenes que deciden continuar con el negocio de sus familias o emprender en el ámbito rural. Tenemos muchas posibilidades pero son necesarias ayudas para que los jóvenes no se vean obligados a abandonar el pueblo», declara.

«El camino tampoco es fácil», desvela. Las dificultades las relaciona con la falta de medios, en concreto con la escasez de infraestructuras. «El transporte es la gran limitación», señala. «Pero hay que tener ganas y fomentar lo nuestro, afirma. «Además en Santa Marta no había ese tipo de negocio y decidimos abrir la quesería», relata.

Sin embargo, ahora forma parte de un matriarcado rural que ella misma ha hecho posible. «En la empresa somos todas mujeres. Nos gusta apostar por ellas. Tenemos otra forma de trabajar y otra sensibilidad...», cuenta. En la quesería Santiago Madera, que regentan ella y su hermana son solo mujeres. Aunque su padre también continúa formando parte del proyecto familiar -sobre todo en la explotación ganadera-, las empleadas son dependientas y hosteleras. El año pasado decidieron crecer y ahora cuentan además con una tienda-bar en el centro del municipio que ha tenido gran acogida. «Ahí también se pueden degustar nuestra gran variedad de quesos. Tenemos desayunos y bar», apunta.

Alba Santiago colabora con Fademur en Extremadura y reivindica el papel de la mujer en el campo, pese a asegurar no haber sufrido discriminación en primera persona, es conocedora de que sucede a su alrededor. «Para mí no ha sido precisamente difícil hacerme hueco en esto siendo mujer. Tampoco puedo hablar de si existen diferencias con el entorno urbano porque solo conozco este», confiesa. «Sin embargo el machismo continúa», aclara. «En el mundo rural y en todos, pero seguramente sí que sea más notable en este. Puede ser por la falta de cultura».

Cabras de ‘premio’

El número de cabras de Santiago Madera asciende a 400. En los últimos años han recibido premios por su raza, como uno de Ibercaja. «Son de raza retinta».

Sus productos también han llegado lejos. Aunque la mayor parte de su clientela se encuentra en la región, en concreto en la provincia de Badajoz, han llegado a exportar sus productos a Estados Unidos. También lo han hecho a Madrid, Sevilla, Barcelona, Bilbao o Valencia también han realizado envíos, sobre todo a particulares.

Por su trayectoria, la joven emprendedora alienta a otras mujeres jóvenes que quieran formar parte del sector lo hagan «sin miedo». «Luchad por lo que os gusta aunque sea difícil. Nadie es más que nadie», apostilla. Al mismo tiempo, avala el respaldo de Fademur. «Te ayudan a todo».