Juicio por el 8E

El ex ayudante personal de Bolsonaro intenta minimizar los intentos de derrocamiento de Lula da Silva en 2023

El teniente coronel Mauro Cid reconoció no obstante varios aspectos que fundamentan la acusación de la fiscalía contra el expresidente y su entorno militar

Un reo y testigo clave en el juicio de Bolsonaro detalla las conspiraciones golpistas

Un reo y testigo clave en el juicio de Bolsonaro detalla las conspiraciones golpistas

Abel Gilbert

Abel Gilbert

Buenos Aires

"¿Golpe? ", escribió un desafiante Jair Bolsonaro en el documento que dejó sobre su mesa durante el primer día de interrogatorios en el Supremo Tribunal Federal (STF) a los participantes del grupo que intentó conspirar contra el presidente Luiz Inacio Lula da Silva, el 8 de enero de 2023. Al líder ultraderechista no le tocó este lunes hablar. Lo hizo el teniente coronel Mauro Cid, su ex ayudante personal, quien, según el diario paulista ´Folha`, intentó minimizar la existencia de acciones para una ruptura democrática a pesar de haber citado la participación del propio expresidente en la redacción de un borrador golpista a finales de 2022. "Expuso públicamente una interpretación más suave del golpismo, al enfatizar el carácter informal de las reuniones celebradas", añadió ´Folha`, y esa fue la impresión que intentó trasmitir el propio Bolsonaro para que todo Brasil la pueda leer. La Fiscalía General estimó no obstante que las más de cuatro horas de interrogatorio sirvieron para confirmar hechos básicos de la llamada "colaboración premiada" de Cid que había sido pactada el año pasado con la parte acusadora.

El oficial volvió a afirmar que Bolsonaro recibió un borrador golpista de su entonces asesor Filipe Martins. El mandatario, dijo Cid, no solo lo leyó sino que hizo modificaciones al texto que en su versión original contemplaba el arresto "de varios ministros del STF" y autoridades del Poder Legislativo. "De cierta forma, él (Bolsonaro) lo aligeró, retirando a las autoridades de las prisiones. Solo usted quedaría preso", le dijo al juez de la máxima instancia judicial, Alexandre de Moraes, que lo interrogaba. Bolsonaro profesa una inquina especial contra el magistrado.

Varios analistas remarcaron que, si bien Cid reafirmó los hechos relatados en pacto con la Procuraduría General de la República trató de restar importancia a lo ocurrido al sugerir que fueron acciones informales en lugar de las planificadas. "Independientemente de lo que pudieran decir los militares, eso no significaría que lo fueran a hacer", dijo, y habló de la "fanfarronería" de los uniformados que discutían la posibilidad de una ruptura democrática aunque sin intención real de poner en práctica esas acciones.

Además de Cid y Bolsonaro, son acusados en esta parte del proceso Alexandre Ramagem, diputado federal y exjefe de la Abin, Almir Garnier, excomandante de la Marina, Anderson Torres, exministro de Justicia, Augusto Heleno, exministro del GSI, Paulo Sérgio Nogueira, exministro de Defensa, y Walter Braga Netto, exministro de la Casa Civil y de Defensa. Los ocho han sido acusados de los delitos de golpe de Estado, intento de abolición del Estado democrático de Derecho, asociación criminal armada, daño calificado al patrimonio público y deterioro del patrimonio declarado de interés histórico. Podrían recibir penas superiores a los 20 años.

El papel de los militares

El exayudante presidencial dijo que el excomandante de la Marina, el almirante Almir Garnier, dejó "a disposición" de Bolsonaro las tropas de esa institución. Relató que el general Estevam Theophilo, exjefe del Comando de Operaciones Terrestres y acusado ante el STF, le afirmó que el Ejército cumpliría una orden golpista de Bolsonaro en caso de que el expresidente firmara un decreto con ese propósito. Cid reveló haber recibido del general Walter Braga Netto una cantidad de dinero en efectivo para financiar un plan para vigilar y capturar a De Moraes. Aseguró que el mandatario y su ministro de Defensa esperaban que se detectara un fraude en las urnas electrónicas para que "algo" sucediera, en alusión a una ruptura institucional. El oficial relacionó a Braga Netto con los campamentos golpistas que se levantaron frente a varios cuarteles. Según su testimonio, esas acciones "siempre contaron con el apoyo tácito del Ejército".

Por su parte, el exdirector de la Agencia Brasileña de Inteligencia (ABIN) y actual diputado de la ultraderecha, Alexandre Ramagem, sostuvo  que los documentos encontrados en su ordenador con ataques a las urnas electrónicas eran anotaciones privadas y nunca fueron enviados a nadie. Ramagem solo tomaba notas para "concatenar ideas". Se trataban de "documentos personales" que no tuvieron "difusión alguna".

La máxima expectativa de los medios de prensa se relaciona con el momento en que Bolsonaro tenga que responder a las preguntas de De Moraes u otro juez. Pero antes serán interrogados otros de los protagonistas de la trama, el almirante Garnier, el exministro de Justicia, Anderson Torres, a quien le secuestraron la minuta del golpe y el exministro Augusto Heleno. Tras la declaración del exjefe de Estado llegará el turno de los extitulares de Defensa, Paulo Sérgio Nogueira y Braga Netto, actualmente bajo prisión preventiva.

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