ONCOLOGÍA
Cuando el cáncer afecta al cerebro: primeros síntomas de alerta, tratamientos y esperanza de vida
La incidencia ronda los 7 casos por cada 100.000 habitantes, muy por debajo de los 200 del cáncer de mama

Glioblastoma, tumor cerebral agresivo mapeado en detalle genético y molecular.
En España no existe un registro nacional de cáncer cerebral, lo que dificulta evaluar su impacto real en la sociedad. Como explicó el doctor Juan Manuel Sepúlveda, del Hospital Universitario HM Sanchinarro y del 12 de Octubre, eso nos obliga a “mirar estudios de otros países europeos o de Estados Unidos”, pero sin saber si realmente las circunstancias son comparables a las nuestras.
En niños (de 0 a 14 años), los cerebrales son los tumores más frecuentes. En adolescentes y adultos jóvenes, están entre los segundos más comunes. En mayores de 40 años son menos frecuentes, superados por el cáncer de mama, pulmón o colon. Aun así, su incidencia ronda los 7 casos por cada 100.000 habitantes, muy por debajo de los 200 del cáncer de mama.
Tumores primarios y secundarios: del meningioma al glioblastoma
Los tumores cerebrales pueden ser primarios (nacen en el cerebro) o secundarios (metástasis de otros cánceres, como puede ser de pulmón, mama o melanoma).
Entre los primarios, el más común y benigno es el meningioma, "que representa cerca del 50% de todos los casos", señaló el doctor Sepúlveda durante un encuentro de la Asociación de Pacientes de Tumores Cerebrales y del Sistema Nervioso Central (Astuce Spain). Sin embargo, los que más preocupan por su agresividad son los gliomas, que se originan en células que dan soporte a las neuronas, como los astrocitos u oligodendrocitos.
Los grados determinan su malignidad:
- Astrocitoma grado 2: esperanza de vida media de 12 años.
- Oligodendroglioma grado 2: alrededor de 16 años.
- Glioblastoma grado 4: solo 18 meses.

Encuentro de ASTUCE hoy en Madrid / Cedida
Los síntomas dependen del lugar del cerebro afectado
Como el cerebro "rige funciones tan diversas", los síntomas dependen de la topografía del tumor. Y entre los más habituales se encuentran:
- Crisis epilépticas
- Pérdida de movilidad (brazo o pierna)
- Dificultades en el habla (afasia)
- Pérdida de memoria
Los tumores afectan al lenguaje, a la personalidad o a la conciencia. “Aunque una persona pueda hablar o moverse, puede haber afectación severa de su vida diaria”, recalcó, por su parte, el doctorJuan Solivera, quien insiste en la necesidad de contar con neuropsicólogos para acompañar tanto en el diagnóstico como en el tratamiento.
A esta petición se han sumado los familiares de pacientes diagnosticados, que echan de menos que durante este proceso no esté la figura de un profesional de la Salud Mental.
Se desconocen las causas
Como matizó el doctor Sepúlveda, solo en el 5% de los casos se encuentra una causa concreta. "La mayoría de los tumores cerebrales no se pueden prevenir, ya que suelen ser mutaciones celulares aleatorias". Las causas más conocidas:
- Predisposición genética familiar
- Exposición a radiación durante la infancia
Tratamiento de los tumores cerebrales
El tratamiento principal es la cirugía. “Es el pilar fundamental, incluso aunque no cure al paciente, mejora mucho el pronóstico y permite aliviar muchos de los síntomas que merman su calidad de vida”, destacó el doctor Sepúlveda.
Durante la intervención quirúrgica, el reto principal es extraer el máximo posible sin causar daño neurológico. En algunos casos, se necesita que el paciente despierto, para evitar tocar zonas esenciales que pueden afectar al lenguaje o el movimiento. También se emplean técnicas avanzadas como la cirugía asistida por neuronavegador o colorantes especiales que ayudan a identificar el tejido tumoral.
Después de la operación, es el turno de la radioterapia y quimioterapia, aunque la barrera hematoencefálica limita la eficacia de muchos fármacos.
Los expertos han coincidido en que, aunque ha habido avances, todavía existen importantes desafíos. Entre las estrategias más prometedoras se encuentran las terapias dirigidas a nuevas dianas moleculares –como la mutación BRAF V600–, la aplicación de inmunoterapia (incluyendo CAR-T en casos seleccionados), y tecnologías como la terapia de campos eléctricos (TTFields), así como la inteligencia artificial, que empieza a desempeñar un papel clave en el diagnóstico y la planificación terapéutica.
En el caso concreto de la terapia de campos eléctricos, que ha demostrado beneficios significativos en la supervivencia de pacientes con glioblastoma cuando se combina con cirugía, quimioterapia (temozolomida) y radioterapia, los participantes han lamentado que solo esté disponible en determinados hospitales de ciertas comunidades autónomas, como Cataluña, Madrid, Galicia, Aragón, Murcia y Castilla-La Mancha. Esta limitación provoca que muchos pacientes deban desplazarse fuera de su región o costear el tratamiento por vía privada, lo que agrava aún más las desigualdades.
Este tipo de situaciones reflejan, una vez más, la necesidad urgente de corregir las inequidades del sistema sanitario y garantizar el equitativo a los avances terapéuticos con independencia del lugar de residencia.
Impacto emocional
Uno de los momentos más emotivos del encuentro fue la mesa de reflexión con pacientes y familiares, que reunió testimonios de personas con seres queridos diagnosticados con glioblastoma, astrocitoma y oligodendroglioma. Sus voces pusieron rostro a una realidad que va mucho más allá del tratamiento médico. Compartieron el impacto del diagnóstico, el vértigo de enfrentarse a una enfermedad poco conocida y el vacío institucional que a menudo deja a los pacientes sin referentes ni apoyo.
Fabiola, familiar de un paciente con astrocitoma, explicó que “la gente, cuando le dices que tienes un tumor cerebral, piensa que la persona se va a morir y que luego, con la quimioterapia, ya se piensan que ya todo va bien, sin tener en cuenta todo lo anterior”. Por su parte, Visitación Ortega, portavoz de ASTUCE y familiar de un paciente con oligodendroglioma, puso el foco en el impacto cognitivo y emocional, en alusión a que “los efectos secundarios afectan directamente a una parte sensible, que cambia la personalidad. Una persona deja de ser la misma persona en distintos aspectos y eso complica aún más la situación”.
Asimismo, Pilar, familiar de un paciente con glioblastoma, relató la dificultad de enfrentarse no solo a la enfermedad, sino también al sistema. “Es pelear con la enfermedad, y ya no solo con la enfermedad, sino con el sistema”, subrayando, además, la importancia de la coordinación médica y la comunicación.
Los testimonios concluyeron con un mensaje unánime: urge que las instituciones reconozcan estas necesidades y garanticen una atención integral que contemple el impacto físico, emocional y social del cáncer cerebral.
Esperanzas contra el cáncer cerebral
Entre las terapias más "prometedoras" está la inmunoterapia con células CAR-T, que ya se utilizan para los linfomas. En tumores sólidos como los gliomas aún hay muchas dificultades, ya que son más complejos.
Otros tratamientos con inhibidores moleculares se están autorizando solo en pacientes diagnosticados recientemente.
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