Informe de Unicef y la OIT

El mundo incumple su promesa de acabar con el empleo infantil: 137 millones de niños trabajan y la mayoría no va a la escuela

Un informe de la OIT y Unicef alerta de que el número de menores de edad que faenan en África va en aumento, mientras disminuye en el resto del globo

Dos niños realizan trabajos en una fábrica textil.

Dos niños realizan trabajos en una fábrica textil. / ShutterStock

Gabriel Ubieto

Gabriel Ubieto

Barcelona

Unos 137,6 millones de niños, alrededor del 8% de los menores de edad que pueblan hoy el mundo, trabaja a diario. Una realidad que en algunas latitudes parece propia de un documental de las fábricas de principios del siglo pasado pero que sigue siendo habitual hoy en día en muchos países. Así lo constata el último informe publicado este miércoles por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y Unicef, que ilustra cómo los estados han incumplido su compromiso -quedándose muy lejos del mismo- de acabar con el trabajo infantil para 2025.

El Congreso español está pendiente de debatir la ley para la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas semanales. Una norma que pretende ahondar en el camino que inauguró la huelga de ‘La Canadenca’, mediante la cual el obrerismo logró limitar las horas de trabajo diarias a ocho. Pero también obtuvo un logro menos recordado hoy en día y que era la prohibición del trabajo infantil. 

Más de un siglo después, el trabajo infantil en España y Europa es absolutamente residual, prueba de ello es que la OIT ni siquiera registra cifras del mismo en su informe. Pero no es así en otros continentes. En el África subsahariana el 21,5% de los menores de edad trabajan, en Latinoamérica y el Caribe son el 5,5% y en Asia y el Pacífico el 3,1%.

En 2015, los estados de la ONU firmaron los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) y se comprometieron a “poner fin al trabajo infantil en todas sus formas” en 2025. Dicho objetivo no se ha cumplido, si bien el número de personas que faenan desde bien pequeños ha ido a la baja durante las últimas dos décadas. Si en 2000 había un total de 245,5 millones de niños faenando (el 16% del total de niños), en 2024 eran 137,6 millones (7,8%). De esos 137,6 millones de menores, más de un tercio labura en oficios considerados como peligrosos.

El descenso del trabajo infantil se explica por la mejora de la situación a partir de los 12 años y muestra un claro estancamiento entre los menores de esa edad. Y afecta en mayor medida a los niños -de cada 100 menores que habitan hoy el planeta, casi nueve trabajan- que a las niñas -de cada 100 niñas, siete trabajan-. La agricultura, en todo el mundo pero especialmente en África, es donde más se concentra el trabajo infantil. Seis de cada 10 niños que faenan lo hacen en el campo.

Garantizar educación gratuita y de calidad

La situación mejora, pero va a un ritmo excesivamente lento y, según las proyecciones elaboradas por la OIT y Unicef, la supresión de todo trabajo infantil podría demorarse hasta 2060. Tener que ir a trabajar cada día es muchas veces incompatible con ir a la escuela. El 31% de los menores de 14 años que trabajan no van a clase, porcentaje que se dispara hasta el 59% entre los mayores de 14 pero menores de 17 años.

Para ello, desde la OIT y Unicef llaman a los estados a "garantizar una educación gratuita y de calidad, como una alternativa válida al trabajo infantil, con el fin de contribuir a una transición satisfactoria de la escuela al trabajo decente". 

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