Guardiola retira los presupuestos tras la ruptura de la negociación con el PSOE

Extremadura irá finalmente a la prórroga presupuestaria. Tras cinco meses de negociaciones con los grupos de la oposición, María Guardiola no ha logrado los apoyos suficientes para sacar adelante las cuentas autonómicas de 2025 y este miércoles, a las puertas del pleno para su votación definitiva, ha convocado un Consejo de Gobierno Extraordinario para proceder la retirada del proyecto de ley.

Tras la ruptura total del PP y Vox por los desencuentros en política migratoria y varias semanas de bloqueo, las negociaciones se habían encarrilado en los últimos días con el PSOE, pero finalmente tampoco habrá acuerdo por esta vía pese a las "importantes" concesiones del Ejecutivo. Entre ellas la enmienda a la totalidad a la ley de concordia de Vox, que era una línea roja para que el PSOE se sentara a negociar.

Los socialistas, por su parte, habían renunciado a recuperar impuestos como el de Patrimonio o el de grandes tenedores de viviendas, pero exigían también la progresividad del IRPF, la gratuidad de los comedores escolares o la extensión de la educación de cero a tres años en el mundo rural. Este pasado martes, los equipos negociadores de PSOE y PP ultimaban el acuerdo "por el bien de Extremadura", pero finalmente no ha sido posible.

Según ha explicado la consejera de Hacienda y istración Pública, Elena Manzano, ya se había cerrado un pacto para incluir en el presupuesto 58 enmiendas parciales de las 111 que el PSOE había marcado como "prioritarias", pero la negativa a retirar las 742 restantes ha dinamitado el acuerdo. Manzano ha explicado que esas 58 enmiendas tenían un impacto de 100 millones de euros sobre los presupuestos, 20 en materia tributaria y 80 en políticas de gasto. La tarifa autonómica del IRPF propuesta por los socialistas, la bonificación de las tasas de la ITV o una partida para la construcción de un nuevo puente en Mérida son algunas de las enmiendas que se habría aceptado incluir en las cuentas.

Abstención de Vox

A cambio, el Ejecutivo exigía la "garantía" de que el resto de las enmiendas no pactadas con el PP no iban a ser incorporadas al presupuesto y ha pedido su retirada, ya que en su conjunto suponen un impacto de más de 500 millones de euros que "habrían distorsionado todo y desnaturalizado por completo" el proyecto de ley elaborado por el gobierno.

Pero el PSOE se ha negado a retirarlas y según la consejera, es porque confiaban en la abstención de Vox para sacar adelante algunas de ellas en el pleno que se iba a celebrar este jueves y viernes en la Asamblea de Extremadura. Una postura del todo "irracional" para la Junta, que "por responsabilidad política", opta finalmente por retirar su proyecto de ley de cuentas autonómicas para 2025 y prorrogar sine die los presupuestos de 2024.

"Era necesario que la norma más importante del año no pudiese enturbiarse ni modificarse con el debate parlamentario", ha defendido Manzano tras recordar que el PSOE y Vox han votado juntos ya "hasta en nueve ocasiones" en la Asamblea de Extremadura. En una de ellas para tumbar el decreto-ley de incentivos fiscales a la vivienda:"¿Alguien pensaba que Vox podía decir que no a unas medidas fiscales? ¿Se puede hacer un análisis objetivo de un comportamiento imprevisible? No podíamos correr ese riesgo con la ley más importante de un gobierno", ha señalado la consejera.

En esta línea, el portavoz de Hacienda y Presupuestos del PP en la Asamblea, Hipólito Pacheco, ha lamentado que el PSOE haya elegido el "camino de la deslealtad" al dejar la puerta abierta a Vox para sacar adelante sus enmiendas en "un presupuesto Frankenstein" imposible de gestionar y que bloquearía la economía de Extremadura.

"El PP ha demostrado capacidad de acuerdo, de diálogo y de trabajo respecto a los presupuestos más altos y sociales de la historia de Extremadura", ha destacado Pacheco tras incidir en que el PP va a trabajar por la "estabilidad" de la región.

Sin acuerdo cerrado

Por su parte, el PSOE asegura que no había todavía ningún acuerdo cerrado con la Junta para su abstención en el pleno del viernes y responsabiliza de la situación a María Guardiola y su "incapacidad" para llegar a acuerdos. "Una cosa es dejar pasar el presupuesto para que Extremadura tenga estabilidad y otra cosa es exigirnos que abandonemos nuestros principios y nuestro trabajo en el territorio, cosa que en ningún caso vamos a hacer", ha remarcado el secretario general de los socialistas, Miguel Ángel Gallardo.

Pese a las críticas del PP, Gallardo ha insistido en que uno de los objetivos del PSOE en la negociación presupuestaria era establecer "un cordón sanitario para dejar en la irrelevancia política a la ultraderecha en Extremadura". Sin embargo, el PP se ha "asustado" porque un acuerdo en este sentido cerraría la puerta a seguir hablando y pactando con Vox en un futuro. Así, han optado por retirar los presupuestos, una decisión "insólita" que deja a Extremadura "en situación crítica" y que pone de manifiesto "la más absoluta soledad" de Guardiola.

"El PSOE no ha hablado ni hablará jamás con la extrema derecha. La única pinza que existe en Extremadura se llama PP-Vox", ha añadido después la portavoz socialista en la Asamblea, Piedad Álvarez. Según ha explicado, el PSOE accedió la pasada semana a hablar con la Junta pese al "desprecio" inicial hacia sus medidas porque el socio preferente entonces era Vox, y que lo han hecho porque no querían el bloqueo de Extremadura.

Ahora bien, aunque esas 111 enmiendas parciales fueran marcadas como prioritarias, "todas" son importantes para el PSOE (ha presentado un total de 800) y el hecho de que la Junta haya aceptado "cincuenta y pico" no implica que el acuerdo ya estuviera cerrado y firmado. "Parece que (Guardiola) no se ha enterado hasta la jornada de ayer que está en minoría absoluta", ha señalado Álvarez, que considera que tras el anuncio de la retirada de los presupuestos "lo que hay es falta de gestión, falta de diálogo y falta de mucho, mucho, mucho trabajo".

Para la portavoz de Unidas por Extremadura, Irene de Miguel, el gobierno del PP demuestra con su decisión "infantilismo y falta de madurez política". "Han demostrado que son incapaces de dialogar, de llegar a consensos y de negociar", ha insistido la portavoz, que también ha señalado que todavía falta por conocer "hasta qué punto estaba dispuesto el PSOE a ser el segundo plato de unos presupuestos diseñados para ser aprobados con la extrema derecha".

Irene de Miguel ha insistido en que las cuentas autonómicas, que ascendían a 8.000 millones de euros, no se pueden despachar en dos días de negociaciones como pretendía el PP, y cree además que los motivos que justifican la ruptura con el PSOE son "excusas peregrinas".

El precedente de 1997

En Extremadura solo hay un precedente de prórroga presupuestaria, y se vivió en 1996, con Juan Carlos Rodríguez Ibarra también gobernando en minoría. Los votos del PP e IU impidieron al PSOE sacar adelante los presupuestos de 1997, dotados con 236.868 millones de pesetas. IU solicitaba más dinero para contratos en los ayuntamientos y el PP para los municipios que ellos gobernaban. Las enmiendas a la totalidad que ambos presentaron se basaban además en el descontento y la actitud de Ibarra, al que acusaron de faltar el respeto a la Asamblea por haber modificado unilateralmente las previsiones de ingresos y gastos. 

La Junta, que durante los dos meses previos al debate de totalidad trató sin éxito de llegar a un acuerdo, volvió a intentarlo: Rodríguez Ibarra propuso a los grupos que dejaran pasar el texto y se iniciara una nueva negociación, con el compromiso de retirar el proyecto de ley inicial y presentar otro nuevo si se cerraba algún acuerdo. Pero el PP e IU se negaron, y finalmente las cuentas fueron prorrogadas.

Por su parte, en 2016 hubo un amago de prórroga que forzó a Guillermo Fernández Vara a gobernar cuatro meses con las cuentas del PP. El socialista llevó en noviembre de 2015 el borrador de sus primeros presupuestos en minoría a la Asamblea sin negociación previa y no pasó del trámite de totalidad: debido a esa falta de diálogo el PP votó la enmienda de Podemos y el pleno tumbó los presupuestos. Fue después cuando se inició la negociación y finalmente las cuentas salieron adelante en abril del mismo año gracias también a la abstención del PP, que se repitió en 2017, aunque ya sí en tiempo y forma. 

Ahora, todos los escenarios están sobre la mesa. A diferencia de lo que le ocurrió a Vara en 2016, María Guardiola ya cuenta con unos presupuestos con sello propio del PP. Y a ello hay que añadir que la ley contempla mecanismos suficientes, a través de las modificaciones de crédito, para que los diferentes planes, programas e inversiones puedan ejecutarse, e introducir incluso nuevos ingresos si se diera el caso. 

Sin embargo, la incapacidad para llegar a un gran acuerdo en la aprobación de la ley más importante del año visibiliza un fracaso político y abre la puerta a generar una brecha parlamentaria que, en el caso de extenderse en el tiempo, podría derivar incluso en la convocatoria de elecciones anticipadas.