Pleno en la Asamblea de Extremadura

El respaldo de Vox al decreto fiscal pone fin al bloqueo en Extremadura y afianza a Guardiola

El PP acepta la derogación de la ley de memoria histórica y siete enmiendas de la formación para salvar la norma con la que la Junta da respuesta a la prórroga de los presupuestos autonómicos

Gordillo advierte que no se trata de un apoyo "incondicional" y dice que estarán vigilantes: "Les cuesta avanzar en la dirección correcta"

La presidenta de Extremadura, María Guardiola, en el pleno de la Asamblea respondiendo a Vox.

La presidenta de Extremadura, María Guardiola, en el pleno de la Asamblea respondiendo a Vox. / Asamblea de Extremadura

Mérida

Siete meses después, hay fumata blanca en la Asamblea de Extremadura. El apoyo de Vox al decreto-ley de medidas fiscales de la Junta pone fin al bloqueo de la legislatura, al menos a corto plazo, y afianza al Ejecutivo en minoría de María Guardiola, que logra superar el fracaso de los presupuestos de 2025 volviendo a entenderse con quienes fueran sus socios de gobierno.

«No voy a poner el retrovisor para echar nada en cara», dijo ayer la presidenta al líder de Vox, Ángel Pelayo Gordillo, en la sesión de control en el Parlamento autonómico. «Yo me alegraré de que, por fin, ustedes comprendan que el único grupo leal con Extremadura y que puede acabar con esta inestabilidad es Vox. Son puras matemáticas», replicó él. 

Los diputados de Vox en el pleno de la Asamblea de Extremadura.

Los diputados de Vox en el pleno de la Asamblea de Extremadura. / Asamblea de Extremadura

La clave de este nuevo "romance", como lo bautizó el PSOE, es seguir avanzando en nuevas rebajas de impuestos para rescatar a Extremadura de la «voracidad confiscatoria» de los gobiernos socialistas. Y un asunto de capital importancia para Vox: la derogación de la Ley de Memoria Histórica y Democrática de Extremadura, que será sustituida por una ley de concordia que «verdaderamente contemple a todas las víctimas». El texto, según avanzó ayer el consejero de Presidencia, Interior y Diálogo Social, Abel Bautista, será impulsado de forma conjunta por los grupos parlamentarios del PP y Vox: una versión intermedia de la ley actual de sello socialista y la de la formación de Santiago Abascal que el propio PP frustró en el pleno hace unas semanas.

Rubricado por escrito

En el acuerdo, rubricado por escrito, Vox se compromete a convalidar el decreto-ley de medidas fiscales, que se refrendó en el pleno de ayer con el rechazo del bloque de la izquierda, y el PP acepta su tramitación como proyecto de ley para incluir siete enmiendas de la formación, además de la aprobación de ley de concordia de forma paralela.

En líneas generales, las propuestas pactadas profundizan en las medidas tributarias que ya estaban incluidas en la norma de la Junta, con nuevos topes y límites de renta «para ir más allá». Hay también dos novedades importantes: la bonificación al 50% de las tasas de ITV para vehículos agrícolas y la gratuidad de las tasas de caza y pesca, que según Gordillo en Extremadura «son excesivamente altas en comparación con otras regiones».

«Los extremeños tienen que pagar menos y tener más servicios», defendió el líder de Vox, que considera que esto es posible «simplemente optimizando los recursos». Posteriormente, Bautista añadió que la Junta de Extremadura tiene «clarísima, muy clara» la hoja de ruta respecto a la fiscalidad y defendió esta bajada de impuestos «muy valiente» para «sacar a los extremeños del infierno fiscal en que vivían». «Visión social y dinamismo para consolidar empleo y que nuestra economía siga mejorando», defendió. 

Un decreto clave

La aprobación de este decreto-ley era clave para afianzar a María Guardiola a las puertas del ecuador de la legislatura: tras el fracaso de un primer decreto de incentivos a la vivienda y la prórroga de los presupuestos, una tercera derrota en la Asamblea habría puesto de manifiesto la incapacidad de su Ejecutivo en minoría para aprobar iniciativas con rango de ley. Y lo cierto es que hasta el mismo inicio del debate todo estaba en el aire.

 Vox había mostrado predisposición a dejar pasar el decreto si se atendían sus propuestas (especialmente después de que la Junta rechazara las alegaciones presentadas por el PSOE), pero el PP siempre ha defendido que la convalidación debía ser el primer paso para reabrir después diálogo. Fue en la sesión de control a la presidenta, primer punto del orden del día del pleno, cuando quedó claro que algo había cambiado entre el PP y Vox en Extremadura.

Gordillo preguntó a Guardiola por su planes para mantener la estabilidad política y frente a la tensión y las palabras gruesas de las últimas semanas, la respusta de la presidenta fue como una balsa: instó a la formación a dejar a un lado las «batallitas estériles» para seguir dando pasos adelante. «No voy a poner el retrovisor para echar nada en cara», afirmó para después pedir a Gordillo «sentido de la realidad y la responsabilidad». 

El pacto de Gobierno

Según Guardiola, Vox ya demostró que «sabe poner el interés de los extremeños en el centro» con el acuerdo de gobernabilidad firmado en 2023 y les instó a reflexionar sobre ello. «Es nuestra oportunidad de poder trabajar pensando en el futuro de una tierra que jamás podrá ofrecer el PSOE en Extremadura», dijo la presidenta a Gordillo. 

En respuesta, el líder de Vox repitió que la misión de los cinco diputados es «garantizar el cambio que los extremeños votaron», para lo que aún queda mucho por hacer. «Vinimos a cambiar las cosas y difícilmente se puede hacer aliándose con quienes han llevado durante 40 años unas políticas que han dejado a Extremadura a los pies de los caballos. Están a tiempo de encauzar el rumbo», replicó Gordillo tras afear a Guardiola su acercamiento al PSOE en la última fase de la fallida negociación presupuestaria. Minutos después, el propio Gordillo y el consejero de Presidencia anunciaban en los pasillos de la Asamblea que había pacto.

«Bienvenidos al acuerdo, bienvenidos a la responsabilidad, bienvenidos al avance y a hablar de lo que le interesa a Extremadura, a las cosas del comer, a quien quiera hacerlo y siempre hemos estado dispuestos a hacerlo con quien quisiera. No hemos distinguido entre los unos y los otros», aseguró Bautista.

Estabilidad, "siempre"

A tenor de los acontecimientos de los últimos meses en la política extremeña, y a la pregunta de si esta reconciliación del PP y Vox encauza la legislatura, el consejero respondió que «estabilidad ha habido siempre, otra cosa es el acuerdo». A su juicio, lo que ha ocurrido ahora es que Vox ha decidido coger de nuevo la mano del Gobierno. «Y en este momento hay un espacio de diálogo abierto para poder avanzar en el acuerdo de otras cuestiones», afirmó. 

Después, en el debate del decreto-ley, Ángel Pelayo Gordillo matizó que este acuerdo no supone un apoyo «incondicional» al Ejecutivo de María Guardiola y de hecho advirtió a la bancada popular que estarán «muy vigilantes» y segrán exigentes ante nuevos acuerdos.

«Aún quedan muchas cosas por hacer y vemos que les cuesta mucho avanzar en la dirección correcta», dijo tras asegurar que Extremadura habría podido tener presupuestos si hubiera habido una mayor predisposición a negociar y no se hubiera buscado el apoyo del PSOE. «No se duerman en los laureles; camarón que se duerme, se lo lleva la corriente», concluyó.

"Blanquear a la extrema derecha"

El PSOE y Unidas por Extremadura acusaron Guardiola de «blanquear a la extrema derecha» tras su reconciliación con Vox. Ambos grupos votaron en contra del decreto de medidas fiscales, pero sí apoyaron su tramitación como proyecto de ley, que se decidió por unanimidad, para formular enmiendas.

«Ya sabemos a qué ha venido la señora Isabel Díaz Ayuso a Extremadura: a autorizar la segunda parte del gobierno del PP y Vox», ironizó la portavoz del Grupo Socialista, Piedad Álvarez, que lamentó que después de pegarse siete meses «deshojando la margarita», Guardiola opte ahora sin despeinarse por otro pacto con la extrema derecha. «A la del saludo nazi, a la que aplaude a Trump», dijo. 

La portavoz de Unidas por Extremadura, Irene de Miguel, acusó a Guardiola de «blanquear a la extrema derecha hasta el punto de pisotear los valores democráticos», con el único objetivo de «agarrarse al sillón». 

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