«Las bodas es uno de los sectores en el que más trabajamos mujeres empoderadas y autónomas y eso me encanta»

Jenn se ha convertido en una mujer orquesta en la organización de eventos. Dejó su trabajo de istración y contabilidad en una oficina para dedicarse a su verdadera pasión. Desde el mundo rural en Cabezuela del Valle ofrece un servicio en exclusiva de organización de bodas, cumpleaños, celebraciones y eventos corporativos.

¿Cuándo decidió embarcarse en una profesión tan nueva y desconocida?

A mí me gustaban muchos los blogs de bodas y decoración. Todo empezó en 2013 cuando preparé mi boda y me di cuenta de que todo lo que yo quería era super difícil y no lo podía encontrar. Empecé a investigar y me picó el gusanillo. Hice un curso de protocolo y otro especializado en gestión de eventos y me lancé de lleno. Yo estudié istración y Contabilidad y trabajé en una empresa mucho tiempo, estaba muy contenta y durante cuatro años estuve compaginando los dos trabajos. En 2017 decidí que quería apostar por esto porque si esto me salía mal y tú tienes una formación y siempre va a haber un trabajo de oficina esperándote.

¿Cómo fueron los primeros años de organizadora de bodas en una zona rural?

Tuvimos 3 años de absoluta locura de bodas y la empresa iba creciendo increíble hasta que llegó la pandemia. Tuvimos año y medio de absoluto fracaso de 15 bodas en 2020 facturamos solo una y tuvimos que replantearlo todo y coger otro trabajo. No sabíamos cómo iba a quedar el sector después de la pandemia. Pero decidimos seguir apostando y luego en 2022 batimos récord absoluto con 21 bodas. En 2023 y 2024 ha sido igual. Cuando en 2022 hicimos 21 bodas recuerdo pensar que no podía dedicar el 100% a esa boda y decidimos bajar el ritmo. Tenemos un tope de 15 bodas al año aunque siempre puede haber alguna excepción o algún compromiso.

¿Cuánta gente trabaja con usted en una boda?

El trabajo lo hago yo al 99% lo que es contratación, asesoramiento y preparación de la coordinación. Luego para el día de la boda he llegado a tener hasta 5 personas contando conmigo. También depende de los servicios que cojan las parejas y solemos contratar asistentes en los pueblos que vamos para que nos guíen y nos lleven a los sitios porque es super importante ajustar los tiempos y no perdernos por las calles.

¿Cómo se casan los extremeños?

Han cambiado muchísimo las bodas aunque seguimos teniendo dos tendencias muy diferenciadas. Sigue habiendo la boda tradicional que pagan los padres y ellos se ocupan. Suelen ser bodas más sencillas que llevan una línea muy fácil de trabajo. Se centran mucho en la calidad del banquete y los servicios a los invitados y no se fijan tanto en el detalle.

Y luego está la clientela que nos busca realmente a nosotros porque quiere una experiencia. Se nos ha ido de las manos el tema de la celebración y por eso nos buscan porque quieren algo personalizado. Quieren crear una experiencia espectacular para sus invitados a niveles muy exagerados.

¿Qué papel tienen las mujeres en la organización de las bodas?

Creo que es uno de los sectores en los que más trabajamos las mujeres. Nuestro trabajo ha sido un poco desconocido y autodidacta. La Wedding Planner cuando empezó en España era un trabajo no conocido, importado de fuera y apareció aquí de repente. Entre todas hemos ido creando un modo de trabajo. Somos mujeres emprendedoras, autónomas, donde prima el sector femenino y me encanta. El empoderamiento que hay cuando hacemos quedadas, charlas y demás es maravilloso. Trabajamos con las emociones, la delicadeza, la ilusión. Es un trabajo sacrificado pero muy bonito. Pero no está destinado para todos los públicos. Las personas que te contratan quieren hacer algo especial en su evento.

Además de bodas ¿Organiza otro tipo de eventos?

Ahora me estoy especializando en eventos corporativos para marcas como inauguraciones de tiendas y marketing digital. Me encantaría centrarme como Event Planner. La gestión de eventos que es lo que más me gusta aunque también hemos hecho comuniones, cumpleaños o cenas especiales.