«Ser mujer me ha favorecido y aunque este sector es un mundo de hombres me he sentido respetada siempre»

El césped que cultiva en la Reserva de la Biosfera de Monfragüe en el término municipal de Toril, echa raíces en el Camp Nou, en el Santiago Bernabéu o en San Mamés. Cuando tuvo que hacerse cargo de la empresa familiar tras la crisis financiera del 2008 nunca imaginó que llegaría tan lejos.

¿En qué momento decidió hacerse cargo de la empresa de su familia?

Estudié Derecho y Empresariales y no me iba a dedicar al campo ni a la empresa. Yo me veía como madre de familia numerosa y mi ilusión era casarme y tener hijos, buscarme un trabajito de media jornada y poderme dedicar a mi familia. Pero llegó la crisis financiera del 2008. A la empresa familiar de producción de césped natural nos dio muy fuerte en 2012 y nos quedamos al borde de la bancarrota. Vivíamos del boom inmobiliario y de la jardinería y ese mercado paró completamente. Mi padre en ese momento estaba con el ánimo muy bajo, somos cuatro hermanos, soy la hermana mayor y sentí que no podía permitir que se echase el cerrojazo.

¿Cómo fue asumir una empresa al borde de la quiebra?

Yo no sabía nada de campo. Me casé, tuve tres niños muy seguidos y estaba muy encerrada en casa. El pelotón me vino de golpe con 15 empleados y en un mundo de hombres. Había que gestionar una empresa que estaba parada: el tema financiero, los clientes, los presupuestos. Creé una página web y empecé a recibir llamadas de jardineros que me buscaban por internet. Descubrí cómo trabajar y cómo mejorar mi empresa en o directo con los jardineros. Así fue el comienzo y me di 10 años de plazo. Tenía que aguantar ese tirón por lo menos 5 años para superar la crisis y otros 5 para posicionar mi empresa. Y tengo que reconocer que efectivamente lo he conseguido. Pasé de no tener ninguna venta a en 2016 que empezó a llamarnos el Barcelona y al año siguiente ya servíamos en la ciudad deportiva y el estadio.

¿Qué campos de fútbol encargan el césped extremeño a Tapiz Verde?

El primer año que pusimos el Camp Nou fue una fiesta y así entramos en el Barça. Luego en 2020 empezó la construcción del Bernabéu y entramos como proveedores del Real Madrid. Hoy somos conocidos internacionalmente aunque yo no hago publicidad de esos campos porque tengo contratos de confidencialidad. En Portugal ya hay una serie de estadios que son muy importantes como el Benfica o el Oporto y empezamos a suministrar en estos estadios. También nos han pedido césped en campos donde juega el Paris Saint-Germain, hemos entrado en la ciudad deportiva del equipo del Milán y también servimos en Austria y Bégica.

¿Cómo se desenvuelve en un mundo que, tradicionalmente, ha sido de hombres?

Como mujer hay dos puntos que me parece que me han favorecido. Primero, ser extremeña. Extremadura es una comunidad especial y los extremeños no somos nada soberbios. Tenemos un carácter humilde y al extremeño se le mira con cariño. Yo voy a Barcelona y digo que soy extremeña y me tratan muy bien. O en Bilbao un extremeño entra por la puerta grande. Entro en la Ciudad Deportiva del Real Madrid y el jefe de seguridad es extremeño. Ser mujer también me ha favorecido porque al final es un mundo de hombres. Claro que te encuentras hombres machistas, pero en general, no lo son. Yo me he sentido respetada en todas las esferas y en todos los niveles. Al final trato con todas las categorías profesionales y me he tenido que sentar con altos directivos. Pero también trabajo mano a mano con la persona que está con la manguera o con el rastrillo. Tengo una relación extraordinaria con cada persona.

¿Cómo es trabajar con mujeres en su propia empresa?

Creo que la mujer por su forma de ser, de manera innata, tenemos una sensibilidad que los hombres a veces no tienen (no se puede generalizar) pero esa sensibilidad con todo mi equipo creo que me ha ayudado. También estoy a favor de los equipos mixtos de trabajo porque somos un complemento. En la oficina o en el campo tengo por igual hombres y mujeres. Somos diferentes, pero es una diferencia que junta, se enriquece y nos enriquecemos.