Infraestructuras fundamentales para el desarrollo de la provincia
2025: un año clave para conectar Cáceres con Portugal
Después de décadas de espera, el puente sobre el río Sever apunta a comenzar su obra en los próximos meses y terminar el año con el proyecto avanzado y con la intención de tener una prórroga de los fondos europeos. Por otro lado, la colaboración público-privada para finalizar la autovía a Monfortinho acelerará su construcción

Vista de la Ex-A1, una vía que aún está pendiente de finalizar. / Toni Gudiel

Dentro del atraso que supone que aún existan fronteras en Europa, el año 2025 apunta a ser clave para tratar de conectar de forma definitiva Cáceres con Portugal. Son dos las infraestructuras fundamentales y necesarias para que se terminen de romper las barreras que existen entre la provincia y el país luso, y existe la posibilidad de que, cuando llegue el 31 de diciembre del año 2025, se hayan dado pasos de gigante para cumplir estos objetivos.
Por un lado, el puente de Cedillo entra en su fase decisiva para estar listo antes de que se cumplan los plazos a finales del próximo año de los 12 millones de euros que la Unión Europea destinó, pero van por buen camino y se siguen completando las fases previas al inicio de la construcción con éxito. Además, existe cierta confianza en la clase política para que se prorroguen los plazos del dinero si la construcción va por buen camino, conscientes de que el plazo de ejecución es de 12 meses y aún no se ha sacado el proyecto a concurso público, y sabiendo también que pueden presentarse recursos tras la adjudicación que retrasarían aún más el comienzo de esta megaconstrucción.
La autovía
Y un centenar de kilómetros hacia el noreste se encontraría el otro gran proyecto fundamental que necesita el norte de Cáceres para convertirse en un polo de atracción para inversores, aunque no es una frontera como tal. En Moraleja termina la Ex-A1, que nace en Navalmoral de la Mata y promete durante sus 103 kilómetros de trayecto una llegada a Portugal a través de esta infraestructura. Y esa promesa se puede ver en cada señal, que sitúa el país luso en un cuadrado azul, que se corresponde con las autovías.
Se podría decir que llegar hasta Monfortinho no hubiera sido tan complicado si se hubiese continuado en su momento con la obra contando con el compromiso de la nación vecina para que también hubiese una infraestructura parecida en su territorio. Pero no fue así. Y son solamente 18 kilómetros los que nos separan de La Raya, con todo lo que supone. Bien es cierto que para llegar hasta Castelo Branco harían falta otros 72 kilómetros de los que Portugal ya se está encargando y que prometió tener listo en 2030. La parte de su carretera, la IC-31 (Itinerario Complementario 31), tendría previsto comenzar su primera fase de las obras en 2025, sería el tramo que saldría desde Alcains, que contaba ya con el estudio de impacto ambiental favorable. Esto se anunció el 21 de octubre en el auditorio del Centro de Cultura Contemporánea de Castelo Branco, en la cumbre de la Alianza Territorial Europea.
Continuando con esta estructura, es importante destacar el nuevo modelo que se pondría en marcha en la región para acelerar su construcción: una colaboración público-privada. Sería la primera vez que se pusiera en marcha esta iniciativa, según avanzó el consejero de Infraestructuras, Transporte y Vivienda, Manuel Martín Castizo.
Se trataría de un modelo de financiación privado a cambio de una compensación posterior del Ejecutivo regional vía presupuestos anuales. De este modo, la empresa que resulte adjudicataria de la concesión será la responsable de la construcción, financiación, operación y mantenimiento de la infraestructura, y la Junta no tendría que hacer ningún desembolso hata la recepción de la misma. Será entonces cuando podrá en marcha un mecanismo de pagos a la empresa basado en Pago por Disponibilidad (PPD), sujeto a deducciones que aseguran una prestación del servicio con altos estándares de calidad.
¿Las ventajas principales de este modelo? Reducción de plazos, mejoras sobre la seguridad vial al estar obligada la empresa concesionaria a mantener la infraestructura por encima de unos determinados estándares de calidad, la reducción de costes del ciclo de vida del proyecto o la mejora de la calidad de servicio.
De hecho, el proyecto técnico para completar esta carretera estará listo en el primer trimestre de 2025 e incluirá 2,5 kilómetros adicionales a los 18,5 previstos y un puente internacional sobre el río Erjas, según detalló David Herrero, director general de Infraestructuras Viarias. Será después de que se apruebe el proyecto técnico de la autovía cuando se conocerá el anexo de las expropiaciones y se podrán iniciar los expedientes, que pueden tardar diez meses o un año, por lo que el próximo año no podrá iniciarse la obra.
¿Qué supondría la carretera?
En palabras de Julio César Herrero, alcalde de Moraleja, la carretera ayudaría a frenar el «desangramiento» que sufre el norte de Cáceres y fomentaría que nuevas empresas se instalen en esta zona para tratar de estabilizar la población. Cabe recordar que, en el momento en que esta autovía esté finalizada y completada, será el trayecto más corto para ir desde Madrid a Lisboa, superando a la autovía A-5, que pasa por Badajoz. Sería fundamental, por ende, para sacar a este entorno de su aislamiento con respecto a los dos países, para ponerlo directamente en el eje de las comunicaciones entre ambos, ya que permitiría transitar en autovía a viajeros y mercancías desde la capital del país por el norte cacereño hacia portugal, un rápido enlace con la Beira Baixa, Castelo Branco y de ahí hasta Portugal.
El puente, el más cercano
Crear un puente siempre necesita una megaconstrucción con un gran número de actuaciones previas. Cedillo ha perdido ya varias oportunidades para que este viaducto pudiera estar listo y permitir que personas que, incluso, son familia, puedan verse a diario. Los testimonios de las personas que allí residen son incluso desgarradores. Había gente que quería pasar al otro lado de la frontera para, por ejemplo, irse de fiesta a localidades como Montalvao. Su única solución era llegar hasta el río y cruzarlo a nado o en una barca, para ir andando hasta el pueblo luso, y regresar a la mañana siguiente del mismo modo.
Los trámites para el viaducto siguen sus pasos y, el último, ha sido la expropiación de hasta 40 fincas que suman casi 60.000 metros cuadrados. Todo esto tras finalizar la consulta pública en septiembre y con la Declaración de Impacto Ambiental favorable por parte del Comité de Evaluación. La presidenta del Cámara Municipal de Nisa, Maria Idalina Alves Trindade, que se comprometió a inaugurar el puente antes de que terminase su mandato (en octubre de 2025), hizo público que su asamblea había declarado la utilidad pública de la expropiación con carácter de urgencia.
Es importante recordar que el coste asciende hasta los 11.938.286 euros e incluye la creación de un nuevo corredor, de unos 700 metros, en la orilla portuguesa del río Sever. También la construcción del nuevo puente, de unos 160 metros de longitud y un tablero de 11,5 metros de ancho, con dos arcos gemelos de hormigón apoyados sobre cimentaciones macizas, evitando así la colocación de pilares sobre el cauce regular del río Sever.
Además, el pasado mes de octubre, el Ministerio de Asuntos Exteriores español autorizaba el convenio entre los gobiernos luso y español que desbloqueaba el viaducto, que supone un impulso que acorta el viaje desde Cáceres hasta el país vecino. Esta firma es fundamental para que el proyecto arranque definitivamente, porque supone la vinculación entre dos naciones.
Una demanda histórica
Este puente es una demanda histórica en La Raya. Actualmente, para viajar de la localidad de Cedillo a la alentejana de Montalvâo hay que cruzar la fontera por Marvâo, lo que convierte este viaje entre dos pueblos que apenas están separados por 13 kilómetros en una travesía de 130, por lo que el viaducto reducirá el trayecto en más de 100 kilómetros. Contará con una inversión de 11.938.286 euros. Según este dato, el precio habría aumentado en más de un millón de euros.
El proyecto de ejecución, además de la construcción del nuevo puente y la creación de la nueva conexión transfronteriza entre Montalvao y Cedillo, tiene como objetivo la construcción de una carretera municipal que llegue desde la localidad portuguesa hasta el puente, que tendrá unos 9 kilómetros. Se unirá así a la carretera regional que conectará Cedillo con el viaducto: la Ex-374.
Cedillo, el pueblo más occidental de Extremadura, lleva incomunicado con el país luso desde 1995. Fue ese año cuando Iberdrola (que gestiona el embalse de Cedillo, propiedad del Estado español) optó por no permitir la libre circulación por la presa construida en la unión de los ríos Tajo y Sever; única vía para moverse entre España y Portugal sin tener que dar un rodeo de más de 100 kilómetros.
Un proyecto que además supondría el aumento del flujo turístico desde Cáceres, puesto que situaría las playas de la costa portuguesa a menos de dos horas desde la capital provincial.
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